viernes, 30 de agosto de 2013

Sin oxigeno para la violencia - Carlos Rendón

Hoy, como ciudadanos, campesinos, y seres humanos, estamos afrontando una situación que ha entrado en descontrol. La distorsión de nuestro gobierno e incluso de nosotros mismos como habitantes del mundo, se hace más notable con cada día que pasa. ¿Por qué? ¿Por qué se presenta así esta situación? ¿Qué es lo que nos ha tocado tan profundamente, que cada fibra de nuestro ser ha entrado en vibración y desea con todas su fuerzas el cambio?  Consideraría que son los años de represión, de injusticia, de desigualdad, que no se han presentado una sola vez sino en millones de ocasiones y con una continuidad “irrompible”, o al menos, eso creíamos…

Cansados del abuso, del irrespeto, nos hemos levantado en contra de la injusticia, unidos y tomados de las manos para luchar por lo que consideramos, es nuestro derecho. Pero hemos dado un paso en falso, hemos caído en la creencia de la necesidad de la violencia (y quiero mencionar esto sin tomar partido de un bando o del otro) se trata de que la solución a la violencia, no es la violencia, porque con estos actos, los derechos que tanto reclamamos, se los estamos negando a aquellos que no hacen parte de nuestra revolución.
Cada día que pasa, una nueva tragedia lo precede, y si no hacemos nada por cambiarlo los momentos venideros no van a ser diferentes, en cambio, van a ser más improductivos, frustrantes  y agresivos.

Estamos en los tiempos de la revolución, del cambio, y lo correcto es apoyar los nuevos modelos estructurados que prometen ser las bases de nuestro futuro, pero no caigamos en el error de nuestros antepasados, no construyamos este futuro sobre las bases de la violencia, pues ya hemos presenciado y vivido en carne propia los resultados que esta conlleva.

Hoy, estamos levantando la voz por nuestros campesinos, por el respeto hacia nuestra dignidad, y sobre todo, al derecho de vivir una vida con calidad e igualdad, pero no la exijamos a los golpes y palazos, pues eso es lo que queremos erradicar, elevemos la relevancia de lo que pedimos, con nuestras ideas, con nuevos proyectos que eleven la conciencia, que nos vuelvan a reunir y recuperen aquello que nuestro pueblo perdió en el momento en el que la avaricia de unos pocos, sobrepaso al interés de la comunidad, esa comunidad que hoy llamamos Colombia, pero que siempre ha sido universal.

Nunca cambiaras las cosas luchando con la realidad existente. Para cambiar algo construye un nuevo modelo que haga del modelo existente obsoleto.
“Buckminster Fuller”

Carlos Andrés Rendón 







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