lunes, 21 de octubre de 2013

Hoy estuve caminando por las calles de esta ciudad que tanto tiene por ofrecer y tanto ha trabajado para no florecer. Mientras cruzaba los andenes, miraba las vías y edificios, me di cuenta que hay mucho por cambiar es cierto, pero no hay que empezar por la ciudad sino, por nosotros mismos. Cada día escucho que una nueva protesta se da en las calles, que pasan miles de personas inconformes con el sistema y lo que el les brinda, personas luchando por la justicia, por sus derechos, por aquello que les ha sido arrebatado, pero a la vez no se dan cuenta que sus actos van en contra de sus ideales, quieren paz, pero violentan la ciudad, sin ser consientes de que con tal actitud se esta violentando a si mismos. 

Quieren una ciudad mejor, hermosa ante los ojos y deslumbrante en su funcionamiento, demostrando que cada engranaje esta en perfecta armonía con su semejante, pero como quieren lograr esto si cada vez que están inconformes atacan cada edificio, destrozando sus ventanas, llenándolos de estallidos de pintura y poniendo aun mas cargas sobre las persona menos favorecida que dicen defender; esto es solo uno de muchos hechos que se pueden ver con tomar una caminata de unas cuantas cuadras por la ciudad. 

Con esto no busco mas que ofrecer una invitación a todas esas personas que como yo, están inconformes con el funcionamiento del entorno que actualmente nos rodea. De corazón los invito para que dejen de invertir energía en atacar a aquellos modelos que ya no les aportan nada, y la inviertan en crear aquellos modelos que serán las bases del futuro, pero mientras se permanezca atascado en el pasado, jamas habrá un avance significativo y coherente a nuestras necesidades.